hemos hablado,
tantas veces
que me fuerzo a girar sobre tu destino
para sobrevolar la tediosa realidad
que acompaña nuestro juego.
Y, te quiero,
te quiero en ese juego peligroso de caer
en el precipicio
que fundamenta todo tipo de vida,
y te veo dibujar a lo lejos
la línea que sostiene la razón de todas las cosas.
Dentro del mundo
todo gira.
Tu juego,
el que provocas
y el que persigo
desesperadamente.
Tú, en el vórtice de cada cosa,
en la huella de cada acto,
en la palabra de cada pensamiento,
en cada inicio.
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