jueves, 5 de agosto de 2010

Sobre cosas banales 
hemos hablado, 
tantas veces 
que me fuerzo a girar sobre tu destino 
para sobrevolar la tediosa realidad 
que acompaña nuestro juego. 

Y, te quiero, 
te quiero en ese juego peligroso de caer 
en el precipicio 
que fundamenta todo tipo de vida, 
y te veo dibujar a lo lejos 
la línea que sostiene la razón de todas las cosas. 

Dentro del mundo todo gira. 
Tu juego, 
el que provocas y el que persigo desesperadamente. 
Tú, en el vórtice de cada cosa, 
en la huella de cada acto, 
en la palabra de cada pensamiento, 
en cada inicio.

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