y tendremos que esperar al otoño para sentir
que cada pedazo de ti cae seco
y amarillo
crujiente,
hasta conseguir una cara nueva
y, cada mañana, prometer lo innombrable.
Esperar es una prueba difícil
si, en cada espera,
hay una promesa que embriaga al ser y lo llena de todo con nada
y respira.
Respira tiempo.
Tardes, cartas, llamadas, amores, trabajo, otra vida.
Siempre esta tarea.
No hay comentarios:
Publicar un comentario