martes, 24 de mayo de 2011

Tú, otra vez 

Ahora se ha tornado todo oscuro. 
Hay un reposo de tarde 
y un suelo invisible sobre el que tengo 
que fijar mis huellas, 
y yo estoy sentada, sin moverme. 

 Dos columnas sustentan la vida que sigue 
y el bosque respira 
como si hoy fuese uno de esos tantos días 
en los que pensé que debía empezar de cero. 

 No sé por qué hay algo que no me huele 
 a nuevo. Debes ser tú, o tu espacio. 

 El mismo sitio donde te has sentado 
para que te adore, lo ocuparon otros 
y ese refugio de malvas 
me ha mantenido así, sin vida. 
De nada me sirve mirarte como a un extraño. 

Siento el reposo del anciano 
viviendo en la orilla del río, 
quizás siempre he sabido 
que te estaba perdiendo.

1 comentario:

  1. Hoy por fin he tenido un rato de tranquilidad y he entrado en tu blog. No voy a decir que ha sido una magnífica sorpresa, ha sido una magnífica confirmación de lo que ya suponía. La poesía, incluso para los que la amamos, a veces resulta dura y difícil pero no es este el caso, en estos versos se palpa el sentimiento y la sensibilidad y nuestras cuerdas más íntimas vibran al entrar en resonancia. Me gusta, te sigo.

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