jueves, 12 de enero de 2017

TUMBADOS A LA DERIVA

Te podría decir que así transcurren mis días.
Desde todos los ángulos de mis ventanas
no hay secretos, no hay misterio,
no hay palabras mágicas
para completar mis rincones.

Las velas asegurando alocadas promesas,
y, el ritmo del día que se desvanece en el sofá.
Todo aguanta.
Las semillas
esperan su momento,
como todo poema
espera
en montañas de papel,
poder llegar a tu alma.

Esto es lo que recibes, desde el patio de la ciudad:
Pollito, a deshoras, que canta a la vida
y, yo, cuidando mis ratos
para hacerte llegar
todos,
y casi todos
mis momentos felices.

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