domingo, 9 de septiembre de 2018


Necesitamos tiempo para estar aquí.
La presencia de las cosas tan punzante
y tan sorprendentemente nítida
nos ciega,
por eso se nos van las mañanas
buscando la sombra
de todo lo que nos rodea.

Cualquier cobijo es suficiente
para no ser y para no estar.
¡No estar en el mundo!

He descubierto la soledad
en todas las arcadas de este vomito diario
que llamamos «consigo mismo».

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