domingo, 21 de noviembre de 2010








A mis 35 
todos mis ex se han convertido en fantasmas. 

No encuentro las reglas para despojar mis trastos viejos 
y hacer huecos en los que mi yo, 
desprovisto de herramientas, 
peregrine absolviendo almas. 
No he pensado en este doble equipaje. 

El sofá de una plaza, 
la fruta por unidades 
la cama llena de muñecos 
los libros del amor verdadero. 
¿Cuándo lanzo a la deriva las piquetas de la tienda 
para que me muestren su dorado porvenir? 

A mis 35 que serán 40, 
yo, un fantasma para todos mis ex.

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