Este es tiempo de reposo para el alma
porque no puede tragar tantos sentimientos,
cerca de los treinta está el precipicio,
es un acto de fe,
todos lo sabemos,
lo que haya o no al otro lado de la roca no importa
porque todo lo que tienes que hacer es soportarte,
en el buen sentido de la palabra
sostenerte para no caer.
Los años regalan la calma de todas las horas
a muy bajo precio
pero todos queremos robarla,
se aprende a vivir
cuando se es demasiado viejo para vivir
y entonces se contempla la vida en otras vidas que aún no saben vivir;
ése es el juego.
Yo me culpo por no haber sabido vivir
ahora que abro los regalos.