Todo se para cuando suena tu voz
y, me preguntas,
si cumplí todos mis sueños.
Todo permanece intacto,
puro,
fértil,
porque las respuestas no fueron necesarias.
Porque, tú y yo,
distantes,
volvimos para pronunciar nuestros nombres,
y
el mundo se abrió
como un gran libro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario