Pido
perdón
por
haberme reflejado en tus dudas
y
en la singular tristeza que destellan
tus
ojos;
pido
perdón por haberte imaginado
solo,
coleccionista
de amores imposibles
y
recaudador de anhelos y
esperanzas.
Pido
perdón por haberte mostrado la puerta
de
la golosa ley del deseo
y
pido perdón por mi torpeza
ahora
que despierto
ante
tus desconcertados ojos.
en
el infinito universo.
Guardemos
la calma
y
volverá el silencio.
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