El otoño asoma
más allá de las hojas en la calle
y del frío
más allá del color marrón en la punta de tu boca
de la temporada de parchís en tu casa
del abrazo del edredón
de tus zapatos de invierno;
asoma porque se me caen las ideas en el baño
todas las mañanas
cuando me visto de mí
para conocer el mundo;
y me quedo así,
mirándolas
con esa carita de boba que te producen las cosas rotas,
con ese desconcierto en el alma.
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