sábado, 19 de febrero de 2022

Sin nada,
prometo y deseo
sin nada,
la mano que busca su hueco
su espacio abierto,
así, reservado.

Mi sueño, sin nada 
y lo sueño,
el lobo que se ha hecho cordero
y la niña lo ama
olvidando a su madre,
yo sin nada.

Sin nada
comienzo y lo dejo,
respira nervioso el minuto que dejo
y lo dejo
por nada,
guardando en la mano
el tesoro del viento:
que el gigante me llame 
la reina del bosque. 

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