sábado, 26 de agosto de 2023

La máxima felicidad en los mínimos placeres cotidianos, 
cuando el cielo es azul 
y son suaves las palabras con las que nos encontramos, 
cuando enmudeces ante la ternura 
y te derrites como la nata en el café 
mientras voy siguiendo tus pasos
por el pasillo hacia el ocaso. 
Nos contamos secretos que otros 
        también se contaron,
y descubrimos la belleza en todas partes 
en todos los cuerpos y ciudades. 

No somos uno 
ni dos enteros complementarios; 
el amor no se cuantifica.
Fluye constante.

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